Uno de ellos…

Uno de ellos…
11 mayo, 2015 Sheila Curiel

Un día como hoy hace un año inicié mi aventura newyorkina. Es impresionante como pasa el tiempo, parpadeas y ha pasado todo un año lleno de recuerdos que serán para siempre. Creces como persona y como profesional, pero irte fuera es una aventura que, sobretodo, cambia tu mente.

Conoces gente nueva que se convierte en tu segunda familia y que te enseñan a encontrar otro punto de vista de aquellas cosas que antes no llegabas a entender del todo. Abres los ojos y empiezas a ver más allá, mucho más allá… Entonces te das cuenta que eres UNO DE ELLOS…

Hace poco hablaba con un amigo del miedo y los dos coincidíamos en lo mismo: hoy en día el miedo es algo que está muy presente en la sociedad. Se dejan de hacer cosas por miedo o incluso se manipula a un país entero con una técnica basada en el miedo.

Basándome en esto, hay algo que también está muy presente y siempre me ha llamado la atención, se trata de la “zona de confort”. Cuando te acomodas con algo y, aunque quieras salir y hacer lo que te gusta, no lo haces por que es más fácil quedarte como estás. Todos hemos estado alguna vez ahí y todo ello por miedo, claro. Mucha gente sale de ese estado, de esa “zona”, se atreven a arriesgarse y ver que pasa. El “no” lo tienen presente. Todo riesgo conlleva que tengas un “no” por respuesta, pero, ¿y si es un “SI”? Cuesta dar el paso, tomar la decisión, lanzarte, en ocasiones sin ninguna red debajo… Y a veces te derrumbas, lloras, gritas y nadie te escucha, pero créeme, si lo que quieres es salir de tu zona de confort y además lo haces, eres uno de ellos…

¿Miedo? Todos tenemos miedo, pero TÚ has cogido al miedo, le has sentado en una silla y le has dicho “no te temo, yo soy más fuerte». Sueñas despierto, dudas infinidad de veces, pero al final, tomas la decisión y vas a por ella, ¿y el miedo? ¡Al miedo que le den! No va a poder contigo. Has tomado la decisión correcta pase lo que pase, porque es tu decisión y por eso ya estás por delante del miedo. Te sigue de cerca, seguro, pero tu corres más.

Da igual que hayas decidido dejar a esa persona a la que eras adicto pero que te hacia de la vida un sufrimiento constante. Da igual que hayas luchado contra esa enfermedad que te ha pillado desprevenido. Da igual que hayas cogido un avión para volar a miles de kilómetros persiguiendo un sueño… Da igual cual sea tu caso, la cuestión es que estabas en la casilla de salida y al sonar el pistoletazo, TÚ has corrido más rápido que el miedo. Es una carrera que no termina, nunca termina, él siempre va a ir pisándote los talones, incluso, puede que en alguna ocasión te adelante, pero entonces cogerás aire, apretarás el paso y, de nuevo, te pondrás en cabeza porque eres uno de ellos…

Le has echado fuerza y energía a la vida por que no estás dispuesto a dejarte vencer ni por él ni por los que le son fieles. Aquellos que te dijeron que “era normal su comportamiento” o que “ya era demasiado tarde” o un simple “¿para qué te vas a ir tan lejos?”, que tanto daño hacen. A todos ellos, dales las gracias. Gracias por recordarnos en lo que no queremos que esté basada nuestra vida, el MIEDO. Miedo a zanjar historias interminables, miedo a vencer a tu destino con una actitud o miedo a fracasar por intentarlo. Intentarlo ya anula la palabra fracaso, acuérdate bien de esto por que es importante.

Recuerda que ya estás en el camino, que ya le has adelantado y que corres más deprisa. Quiere alcanzarte pero no podrá, por que eres uno de ellos.

Tú, que luchas por ser amada sin peros.

Tú, que no quisiste quedarte con el “¿y si?” y emprendiste una aventura.

O todas aquellas personas que luchan por sobrevivir a la situación de un país que quita a los pobres para dárselo a los ricos.

Tú, eres uno de ellos.

Eres un VALIENTE.

Por suerte, estoy rodeada por muchos de ellos. Me levanto de la silla y aplaudo a cada uno, ¡VALIENTES! Decidlo bien alto, no os de vergüenza, podéis estar bien orgullosos y gritarlo a los cuatro vientos.

Y a ti, MIEDO, solo decirte que suerte en tu intento. Corremos deprisa y puedes intentar pillarnos, pero no dejaremos que nos alcances.